
Desde el éxito contemporáneo de John Wick hasta la saga de ciencia ficción Matrix, la carrera de Keanu Reeves ha estado íntimamente ligada al mundo del anime. Estas películas no solo marcaron una era por sus escenas de acción estilizadas y su estética vanguardista, sino también por cómo integraron influencias visuales y narrativas del cine de animación japonés. Reeves, lejos de ser solo un actor pasivo en este proceso, abrazó desde el principio esta conexión con entusiasmo y curiosidad.
Durante su participación en Matrix, Reeves fue introducido formalmente al anime por las hermanas Lana y Lilly Wachowski, quienes no solo dirigieron el proyecto, sino que también lo concibieron visual y temáticamente desde una sensibilidad claramente influenciada por títulos emblemáticos del género. “Tienes que ver esto”, le dijeron las Wachowski mientras le recomendaban Akira y Ghost in the Shell. Reeves recuerda que en ese entonces ya veía animaciones en un canal de televisión sin siquiera saber que eran anime, pero esa experiencia durante el rodaje cambió su visión completamente.

El día que Keanu Reeves descubrió el anime gracias a las Wachowski
Estas dos películas, Akira y Ghost in the Shell, marcaron el punto de partida del viaje personal de Keanu Reeves por el mundo del anime. Ambas sirvieron como fuentes de inspiración directa para Matrix, tanto a nivel estético como filosófico. Las ciudades oscuras, las realidades digitales, la mezcla entre lo humano y lo tecnológico, y la identidad como construcción mental, son temáticas presentes en esos animes que fueron luego reelaboradas con maestría en la película que definiría el cine de acción del nuevo milenio.

La influencia del anime en Matrix no se limitó solo a las grandes ideas visuales o conceptuales. También se reflejó en pequeños detalles de producción que se convirtieron en íconos culturales. Un ejemplo es el famoso código verde que cae en la pantalla al inicio de la película, cuyo diseño estuvo directamente inspirado en Ghost in the Shell. Simon Whiteley, el diseñador de la tipografía, confesó que tomó referencias de un libro japonés de sushi para crear ese alfabeto enigmático que hoy forma parte de la historia moderna del cine.
El impacto que tuvieron estas influencias también motivó a Keanu Reeves a explorar su propio universo creativo. En la San Diego Comic-Con de 2024, el actor presentó su novela gráfica BRZRKR, co-creada junto a Matt Kindt. La historia de ‘B’, un ser inmortal mitad dios y mitad humano que ha vivido 80,000 años de violencia, retoma muchos de los temas que aparecen en su filmografía, especialmente en personajes como Neo o John Wick. Reeves confesó que siempre fue un fanático de los cómics, y que crear su propio libro fue “el mejor jodido regalo de Navidad” que había tenido.

Más allá de la nostalgia y el homenaje, el vínculo entre Keanu Reeves y el anime resulta formidable en esta dinámica de retroalimentación e influencia tan representativa de la cultura pop. Aunque él mismo reconoce no estar al día con las nuevas generaciones de anime, sigue fascinado por el entusiasmo con que los jóvenes comparten estas historias. En palabras del actor: “Algunos hijos de mis amigos pueden recitar anime como si fuera poesía, y yo solo pienso: ‘Eso suena increíble’”.
