Las secuencias de acción en vehículos han sido, desde los albores del cine, una fuente inagotable de adrenalina y asombro. Desde La llegada del tren de los hermanos Lumiere y los ingeniosos gags mecánicos de Buster Keaton hasta las coreografías automovilísticas de Bullitt con Steve McQueen o Mad Max: Fury Road, pasando por las desmesuradas acrobacias de Rápidos y furiosos, el cine ha elevado el arte de la persecución a niveles casi mitológicos. Cada época ha tenido su propio lenguaje visual para representar la velocidad, el peligro y la emoción que se vive detrás del volante.
Ahora, una nueva frontera se avecina con el mundo del automovilismo de élite: la Fórmula 1. Considerado uno de los deportes más exigentes, veloces y fascinantes del planeta, su incursión en la ficción cinematográfica promete una revolución. Con F1, la película protagonizada por Brad Pitt, y dirigida por Joseph Kosinski (responsable de Top Gun: Maverick), el cine está listo para capturar el vértigo real de las pistas. Y quienes más saben del tema, los propios pilotos, ya han reaccionado tras una proyección privada previa al Gran Premio de Mónaco.
Apple Original Films
La película de Brad Pitt que dejó sin palabras a los pilotos de Fórmula 1
Antes del rugir de los motores en el circuito urbano, varios pilotos asistieron a un primer vistazo del largometraje que sigue la historia de un veterano corredor que regresa a las pistas para integrarse al ficticio equipo APXGP. El primero en expresar su entusiasmo fue Esteban Ocon, piloto francés de Haas, quien no escatimó elogios: “Nunca había visto algo así. Es increíblemente inmersiva. Conozco la sensación real, pero en la película se siente la velocidad de forma brutal”. Para Ocon, esta producción supera todo lo que el cine ha ofrecido hasta ahora sobre el mundo del automovilismo.
Por su parte, Oscar Piastri, piloto de McLaren, quedó impresionado por el nivel de detalle y autenticidad. “Me sorprendió lo precisa que era. Nada se sentía forzado. Y por momentos era intensa, tal como en la Fórmula 1 real”, declaró. Su apreciación reafirma que esta no es simplemente una película más sobre carreras: es una recreación vívida de lo que significa competir al límite, donde cada curva y cada maniobra pueden marcar la diferencia entre la gloria y el desastre.
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Con su estilo relajado, Lando Norris también se sumó a los comentarios, aunque con un toque de humor. “Estuve brillante, y eso era lo más importante”, bromeó. Sin embargo, detrás de la risa, el joven piloto confirmó lo que todos sentían: la película logra capturar fielmente la tensión palpitante que se vive vuelta tras vuelta. La veracidad con la que se representan los momentos más intensos del deporte fue, sin duda, uno de los aspectos que más sorprendieron a los presentes.
Gran parte del realismo se debe a la impresionante decisión de filmar con cámaras instaladas en autos reales, rodando en circuitos legendarios como Silverstone y Hungaroring. La colaboración directa con Liberty Media y el uso de equipos técnicos de la F1 garantizaron que cada plano reflejara con fidelidad el dinamismo del deporte. El filme, que también cuenta con las actuaciones de Damson Idris, Javier Bardem y Kerry Condon, no solo busca entretener, sino también abrir una ventana al público general para que experimente, aunque sea por unos minutos, lo que siente un piloto al ponerse el casco.
