DreamWorks se suma a los live actions, pero... ¿vale la pena?
por Nath RodríguezNo es un secreto que la ola de adaptaciones live action de clásicos animados ha sido tema constante de conversación entre cinéfilos. Muchos se preguntan si Hollywood está atravesando una crisis creativa, especialmente con entregas recientes como Blancanieves, Peter Pan & Wendy o la más nueva, Lilo & Stitch. Aun así, esta tendencia parece inevitable, y ahora DreamWorks y Universal Pictures se suman con Cómo entrenar a tu dragón, en su versión de acción real.
De la mano de Dean DeBlois ,quien también dirigió y escribió la versión animada de How to Train Your Dragon (2010), esta adaptación apunta a ser fiel al material original, algo que los fanáticos más puristas podrían aplaudir. Pero la gran pregunta es: ¿realmente vale la pena ver esta historia en cines otra vez, en pleno 2025?
Basada en los libros de Cressida Cowell, la historia nos transporta a Berk, una isla vikinga rodeada por dragones. En medio del caos vive Hipo, interpretado por Mason Thames (The Black Phone), un joven flacucho, torpe y con nulas habilidades para la batalla, a pesar de ser hijo del temido jefe Estoico (Gerard Butler). La presión por cumplir las expectativas de su padre lleva a Hipo a buscar su momento de gloria... hasta que enfrenta al legendario Furia Nocturna.
Pero en lugar de matar al dragón más temido, Hipo decide perdonarle la vida. Así comienza la relación entre él y Chimuelo, y con ello, el verdadero corazón de la historia: una amistad inesperada que cambiará su mundo.
La cinta sigue muy de cerca los pasos de su antecesora animada. Esto puede ser visto como una ventaja para quienes aman la original, pero también podría decepcionar a quienes esperaban algo nuevo. A diferencia de otras adaptaciones (como Lilo & Stitch, que generó controversia por modificar personajes muy amados), Cómo entrenar a tu dragón no arriesga mucho: prefiere mantenerse fiel al tono y trama conocidos.
A su favor, los efectos visuales están bien logrados y Chimuelo conserva su carisma. En lo personal, agradezco mucho que el diseño del personaje buscara mantenerse lo más parecido posible al original. Su ternura, combinada con esa presencia imponente y hasta aterradora cuando es el conocido Furia Nocturna, es parte esencial del encanto de esta historia.
Además, el elenco joven, liderado por Thames y Nico Parker (como Astrid), logra transmitir esa fragilidad y energía adolescente que podría ayudar a conectar con el público. También se mantiene ese humor chusco que equilibra los momentos más tensos y recuerda que, al final, esta sigue siendo una película pensada para toda la familia.
Uno de los grandes aciertos del live action es el regreso de Gerard Butler, ahora en carne y hueso, como Estoico. Aunque ya lo conocíamos por su voz en las películas animadas, verlo encarnar físicamente al personaje aporta mayor carga emocional. Su actuación destaca por llevarnos de la autoridad a la vulnerabilidad sin perder presencia, mostrando que sigue teniendo fuerza tanto en la acción como en los momentos íntimos.
Visualmente, la película cumple. Dean DeBlois, junto al director de fotografía Bill Pope, nos sumerge en una Berk creíble, épica y con dragones imponentes. Es destacable que se haya optado por escenarios y utilería física en lugar de depender excesivamente del CGI, algo que hace que los actores se vean más naturales en sus actuaciones.
La música, nuevamente a cargo de John Powell, retoma los temas clásicos y les da una nueva vida. La banda sonora sigue siendo un pilar emocional de la historia y acompaña perfectamente cada escena clave.
Con el remake de la secuela ya en desarrollo, Cómo entrenar a tu dragón demuestra que aún hay magia en los remakes… siempre y cuando se hagan con respeto y calidad. Si bien no aporta demasiadas sorpresas, la película cumple su propósito: emocionar, entretener y presentar a una nueva generación la historia de Hipo y Chimuelo.
DreamWorks parece haber encontrado el camino correcto. Ahora solo queda ver si se atreven a expandir este universo más allá de la copia animada. Por lo pronto, este primer vuelo no decepciona.